
Yerma
Elogiada en su día por la mejor crítica, desde Unamuno a E. Díez-Canedo, "Yerma" (1934) es, tal como la definiera el propio Federico García Lorca (1898-1936), «la imagen de la fecundidad castigada a la esterilidad» dentro de ese dramático juego universal en el que se mueven las criaturas lorquianas: la oposición entre las fuerzas de la vida, con su destino de libertad, y la opresión que sobre esas fuerzas se vuelca incluso hasta llegar a la muerte.