El verano es una época para disfrutar y, sobre todo, para hacerlo en buena compañía. Es por eso que este año Alianza y Cátedra, fieles aliadas literarias, veraneamos juntas y haciendo lo que nos apasiona: ¡leer… clásicos!
Un verano de lecturas tórridas
Yukio Mishima dedicó la primavera de 1952 a viajar por Italia y Grecia. Allí se obsesionó con Dafnis y Cloe, una joya de la tradición bucólica griega que, con Lesbos de fondo, narra el idilio campestre de dos jóvenes. Mishima quiso recrear este amor abrasador en El rumor del oleaje, una de sus novelas más famosas, que comienza con un pescador que se cruza con una muchacha en la diminuta isla japonesa de Utajima. Su forma de mantenerse al margen, contemplando el mar, la distingue de las demás isleñas.
Algo parecido a lo que ocurre en Primer amor, de Iván Turguénev: un joven pasea al atardecer por una dacha rusa con una escopeta en la mano, acechando cornejas. Pero al ver a la princesa Zasékina, deja caer el arma en la hierba y se desatan en él todo tipo de pasiones.
En Buenos días, tristeza, de Françoise Sagan, el barco de Cyril zozobra en una cala de la Costa Azul, y Cécile, entre risas, ayuda a ese estudiante moreno, de belleza serena, a recuperar sus cosas. Al despedirse, él le propone enseñarle a navegar.
Edith Wharton nos presenta en El arrecife a un hombre que intenta descifrar el sentido oculto del telegrama de un antiguo amor. Bajo la lluvia de Dover, le ofrece su paraguas a una joven desconocida.
Todos estos encuentros, tan fortuitos como inevitables, conducen a nuestros personajes a vivir aventuras ardientes, a descubrir el cuerpo del otro y el deseo propio. A escuchar el rumor del oleaje y el latido arrebatado del corazón ante el primer amor.
Es tiempo de aventuras, ¡y de libros!
En verano disponemos del más preciado tesoro que se puede hallar en una isla desierta: tiempo libre. Tiempo para soñar con peripecias y aventuras en lugares remotos, lejos de nuestra vida confortable y en ocasiones monótona.
Como las que en Veinte mil leguas de viaje submarino, de Jules Verne, vive el profesor Aronnax, quien, en el transcurso de una expedición biológica, es apresado a bordo del Nautilus por el mítico capitán Nemo.
Una peripecia semejante le ocurre al joven rico y malcriado que protagoniza Capitanes intrépidos, de Rudyard Kipling, que tras ser rescatado por un barco pesquero recibe una brusca e inesperada lección de vida que lo termina transformando en un experto marinero moldeado en alta mar.
Más profundo y sombrío es el giro que toma la aventura en Billy Budd, marinero (Herman Melville), en el que un joven apuesto y bondadoso es reclutado a la fuerza en un buque de guerra británico, donde su espíritu libre y su inocencia chocan con la disciplina férrea y las tensiones de la vida naval.
Y la matrioska de todas las aventuras es quizá la que experimenta Orlando (Virginia Woolf), cuyo periplo, además de en el espacio, se produce a la vez en el tiempo y el género. Una novela rica, fascinante y compleja que desafía toda convención.
El tocho que por fin puedes leerte
Ese tesoro que es el tiempo libre tiene otra gran ventaja, y es que el verano representa el momento en que por fin puedes hincarle el diente a ese gran ladrillo que te lleva esperando media vida y acabas dejando siempre para otra ocasión.
Podría ser, por ejemplo, el caso de El doctor Zhivago, de Boris Pasternak, que va a maravillarte —y, con un poco de suerte, incluso a distraerte del calor— si disfrutaste de la espléndida película de David Lean en la que Omar Shariff y Julie Christie daban vida a Yuri y Lara. O del impresionante Libro del desasosiego, en el que Fernando Pessoa traslada a la prosa la exquisita sensibilidad de un gran poeta. O de un clásico sin el que una biblioteca que se precie no puede existir, como la apasionante y turbulenta Crimen y castigo de Fiódor Dostoyevski.
Pero quizá seas más de descubrir talentos menos conocidos, como el de la grandísima escritora Gertrudis Gómez de Avellaneda, que a mediados del siglo XIX, entre Nuestra Señora de París de Victor Hugo y Rojo y negro de Stendhal, retrató en Sab la Cuba de su tiempo y la injusticia de la esclavitud.
Prefieras lo que prefieras, si tú también te animas a veranear con nosotras, date una vuelta por nuestras redes sociales y cuéntanos qué clásico te llevas en la maleta.

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