Cal y canto
A la pasión de Rafael Alberti por los elementos visuales y auditivos, por la plasticidad y musicalidad del verso y por la metáfora brillante e inusitada, presente ya en «Marinero en tierra» (BA 0050), se suma en CAL Y CANTO (1929) la obsesión por la forma, que se manifiesta en la persecución del vocablo bello, de la sintaxis descoyuntada, de la sucesión de imágenes y de la perfección de la estrofa.