Tal día como hoy, pero de 1963, Martin Luther King Jr. (1929, 1968), al final de la Marcha sobre Washington por el Trabajo y la Dignidad, pronunció desde las escalinatas del Monumento a Lincoln su conocido discurso “I have a dream”, un hito fundamental en la lucha del Movimiento por los Derechos Civiles en Estados Unidos. Y no solo eso, sino que se considera uno de los mejores discursos de la historia, una pieza maestra de la retórica.
El objetivo de Martin Luther King era el de denunciar los abusos sufridos por los afroamericanos debido al conflicto racial de los últimos cien años de historia estadounidense, reclamando al tiempo la justicia y libertad a la que tenían derecho como ciudadanos norteamericanos.
“I have a dream” es un discurso optimista y esperanzador. Propone un ideal social regido por los valores de igualdad y fraternidad, así como un reconocimiento pleno tanto de los derechos civiles como de las libertades individuales de la comunidad afroamericana.
En su base se halla la Proclamación de Emancipación firmada por el Presidente Abraham Lincoln, que hubo de significar un gran faro de esperanza para millones de esclavos negros cien años atrás. Sin embargo, un siglo después, en 1963, las personas negras seguían sin ser libres, nos dice Luther King.
No es exagerado decir que Martin Luther King puede contarse entre las diez o doce figuras más relevantes de la segunda mitad del siglo XX. Pastor baptista en Montgomery (Alabama), las protestas y actos resultantes de la detención de Rosa Parks, junto con su carisma y personalidad, acabaron situándolo al frente del movimiento por los derechos de la población de raza negra en EE.UU. y determinando su labor activista. Conocedor de las tesis de Gandhi, King hizo suyas las tesis de la no violencia, pero estimó indispensable complementarlas mediante la acción económica y política, así como no separar la lucha contra el racismo de la lucha por la redistribución de la riqueza y de la desobediencia activa a las leyes injustas.
En esta edición que presentamos en Alianza Editorial, a cargo de Ramón González Ferriz, se incluyen sus discursos, ensayos y sermones más significativos a lo largo de su breve pero intenso período de actividad, truncado por su asesinato en Memphis. El lector apreciará la renovada vigencia de su mensaje en unos tiempos en que, a pesar de los cincuenta años transcurridos, la reivindicación no sólo racial, sino también social, vuelve a hacerse apremiante.
Para ampliar lecturas:
Aparte del examen de casos concretos, Ali Rattansi traza en esta breve introducción no sólo una historia del racismo (indisoluble del concepto de raza, nacido en el siglo XVI), sino también de su tipología y de su proteica evolución en los decenios más recientes, pese a que en la actualidad los últimos desarrollos en la secuenciación del genoma humano invaliden de raíz cualquier noción de raza pura.
La desobediencia civil es uno de los conceptos de la filosofía política más controvertidos, nota que impregna asimismo su práctica. En el presente libro, William Scheuerman rastrea de forma analítica y cronológica las cuatro "escuelas" filosóficas,la religioso-espiritual (Gandhi, M. L. King), la liberal (Rawls), la democrática (Arendt, Habermas) y la anarquista, que tienen más presente esta estrategia política que conoce un nuevo auge en nuestros días. Todas ellas comparten un rasgo común: la defensa de la ruptura de la ley cuando ésta es a todas luces ilegítima y existe algo, el derecho natural, que está por encima de ella. Con una saludable objetividad, Scheuerman no deja de tocar temas de actualidad, como el movimiento «Black Lives Matter» o las filtraciones de Snowden, y proporciona la información necesaria para que el lector forme su propio juicio acerca de las diferentes manifestaciones de esta estrategia siempre polémica.
"Cada vez que me pongo a pensar en que yo soy negro y ellos son blancos, en que yo estoy aquí y ellos allí, siento que va a sucederme algo espantoso", dice Bigger Thomas, antes de decidirse a aceptar el trabajo de chófer de la familia Dalton en lugar de atracar una tienda. Estaba, desde el principio, destinado a acabar entre rejas, ya fuera por una cosa o por la otra. Hijo de esta tierra narra la historia de este joven afroamericano, un hombre desposeído y desheredado, atrapado en una espiral descendente tras matar a una joven mujer blanca en un momento de pánico. Richard Wright (1908-1960) nació en Misisipi, donde conoció desde pequeño la violencia de la segregación racial. Su debut, Hijo de esta tierra, en 1940, nace del deseo de retratar con honestidad la única forma de vida que su país natal le había permitido conocer íntimamente, es decir, la vida de los guetos negros estadounidenses, y encuentra un inesperado éxito, convirtiéndole en el primer gran novelista afroamericano.
«La novela más importante y célebre sobre la vida de los negros que haya sido publicada en Estados Unidos.» James Baldwin
Desde que fue fundado en Oakland, California, en 1966 hasta su disolución definitiva en los años ochenta, el Partido de las Panteras Negras de Autodefensa fue una organización política radical que ocupó un papel destacado en la lucha antirracista en Estados Unidos y el resto del mundo y mantuvo una relación tensa con el movimiento de los derechos civiles. Esta novela gráfica narra el impacto y el significado históricos de las Panteras Negras, desde los programas sociales, de educación y de salud que desarrollaron para ayudar a la comunidad negra hasta su lucha contra la brutalidad policial y sus frecuentes choques con el FBI, que persiguió al partido desde sus orígenes a través de tácticas abusivas. Un relato complejo que se aleja de simplificaciones para abordar el valioso legado que el movimiento ha dejado a nuestros días.
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