Corrían los años setenta y Simone Ortega decidió montar, junto con una amiga, una tienda de bricolaje cuando este tipo de establecimientos no eran en modo alguno habituales en las grandes ciudades. Pasados los meses, ante el revuelo que esto generó en la organización familiar, dada su pasión por la cocina -era, además, una excelente anfitriona-, su vinculación con el mundo de los libros, e incitada por José Ortega Spottorno, su esposo y fundador de Alianza Editorial, decidió rescatar el recetario de su abuela y sus propias fichas (algunas de ellas se conservan en la Escuela de Hostelería que lleva su nombre en Móstoles), y se lanzó.
La clave de su éxito
La primera asombrada ante la avalancha de reediciones que se sucedían sin cesar fue la propia autora. Como ella misma ha reconocido en alguna ocasión, la clave del éxito estribaba en que todas la recetas salían: la proporción exacta y el tiempo de cocción preciso, nada de pizcas, puñados y aproximaciones. Probó todas y cada una de ellas al menos tres veces, tarea que le llevó tres años y para la que contó con la activa ayuda de alguno de sus hijos, que hicieron de conejillos de indias. Y es que en un catálogo como el de Alianza Editorial, que da cobijo a autores como Salinger, Hesse, Galdós, Handke, Freud, Woody Allen, Maalouf y un larguísimo etcétera, el long-seller indiscutible es, sigue siendo, este título que ha sabido adaptarse a las modas, sin dejarse llevar por ellas.
Anecdotario 1080
50 años de vida dan para acumular una buena cantidad de anécdotas y peripecias. El 1080 ha sido una presencia permanente en todas las listas de bodas, habitual en todas las maletas de nuestros erasmus, incluso alguna pareja confesó a una perpleja Simone que el libro había salvado su matrimonio. El propio Ortega Spottorno solía decir que había pasado de ser el hijo de Ortega y Gasset para convertirse en el marido de Simone. Fue, precisamente, a sugerencia de la propia autora, cuyo apellido era en realidad Klein, que se decidió que en la cubierta figurase como Simone Ortega para que los lectores no pensaran que estaban ante un libro de cocina extranjera.
Simone era una auténtica entusiasta de los dulces, y concretamente del chocolate. Su médico le prohibió tomarlo, y le contestó: "Señor, las francesas podemos tomar chocolate y nunca nos sienta mal". Cuenta su hija Inés que al fallecer encontraron bombones escondidos por toda la casa para evitar el radar familiar. Cuando recibió la Medalla de las Artes y las Letras francesa por contribuir a la difusión de la cocina internacionalmente, dijo: "Habéis hecho feliz a una vieja dama que siempre necesitó amistad, amor y chocolate".
También ha puesto su granito de arena la internacionalización de la cocina española, con ediciones en países como Francia, EE.UU., Reino Unido, Francia, Italia o Suecia.
No en vano, fue escogido por la prestigiosa editorial británica Phaidon en 2008, al igual que lo fuera en su momento La cuchara de plata, para la cocina italiana, como la obra de referencia de la cocina española para su publicación y difusión en el mercado mundial.
En los últimos años, gracias a los desvelos de su hija Inés, que ha heredado el gusto por los fogones y escrito numerosos libros dedicados a la gastronomía, el más reciente publicado hace un mes, Nuestros postres, escrito junto a su nuera Marina Rivas, el libro se ha actualizado y adaptado a los nuevos tiempos, sin dejar de ser fiel al espíritu con el que fue concebido: recetas explicadas con claridad y precisión, tras haber sido probadas una y otra vez por las autoras, y, sobre todo, recetas “que salen”. Lleno de detalles y pequeñas innovaciones, ha alcanzado la perfección formal sin perder su funcionalidad. De hecho, el tándem compuesto por Marina y por Inés ha escrito en los últimos años, además del dedicado a los postres, otros títulos como La cocina de las cuatros estaciones, Cocinar sin gluten, sin huevo y sin lactosa, Nuestros menús y Cocina sana y sencilla.
Juan Mari Arzak, Carme Ruscalleda, Ferran Adrià, Toño Pérez… son numerosos los cocineros que han reconocido la deuda que nuestra gastronomía tiene con “el 1080”, como es conocido cariñosamente en la editorial.
15.12.2022
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